Angelito en la orilla

Angelito en la orilla
واميليا جون هو أكثر بكثير من الحب

El amor...es mágico cuando anida en tu interior....dejalo crecer....

El amor...es  mágico cuando anida en tu interior....dejalo crecer....
اميليا جون سيكون معا إلى الأبد

lunes, 25 de mayo de 2009

"Piedrecitas en mi ventana" Mario Benedetti ( 1920-2009)

PIEDRECITAS EN LA VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

Mario Benedetti (1920_2009)

sábado, 23 de mayo de 2009

"Un adiós a Mario Benedetti"

Este 17 de mayo ha dejado de latir el corazón más poéticamente puro de la literatura hispanoamericana contemporánea. La muerte de Mario Benedetti no sólo me trajo ese súbito dolor que nos produce haber perdido a un gran poeta, sino que me causó perplejidad. Todo el mundo, pensé, menos Don Mario.

Tal vez eso se explique por la obra y la persona de quien ha sido para mí el más extraordinario embajador de la cultura uruguaya de este tiempo. Por eso, por la dimensión de su poesía, por esa extraordinaria condición artística, su muerte me pareció contraria a las leyes naturales. Es que era un producto de la tierra que estaba más allá de estas cuestiones finitas; es que uno sigue proyectando esa tendencia metafísica a continuar pensando en los poetas como en entidades etéreas y sutiles que han ganado el don de la eternidad. Benedetti fue un producto curtido de naturaleza, un hombre mineral venido de las entrañas de la tierra con ese brillo de incomparable de las amatistas y los cuarzos. O un árbol, uno de esos frondosos árboles nuestros que todavía emergen, florecidos, engalanando lozanías. Eso: un frondoso árbol, con una copa llena de trinos, alas para volar lejos y un magnetismo incomparable.

Suelen decir los literatos que en cada época aparece un bardo asumiendo la totalidad de los sueños y de la sabiduría, expresando el crecimiento y la extensión del mundo, de su tiempo. Creo que Benedetti tiene un lugar entre ellos. Entonces estos bardos acumulan flores y hojas y así van ensanchando sus exclusivos jardines, y entre esas flores y hojas la naturaleza reluce y canta. Jardines multiplicados, remansos vivificantes que parecen mirarnos a nosotros, pequeños mortales de todas las edades transitorias. Nos miran y nos ayudan a descubrirnos: nos revelan nuestros propios laberintos.

Está sólo la blancura del papel, desafiando como un desierto a la pureza del camino poético. Por ese sendero, interminablemente, fueron desfilando sus versos y sus metáforas, cual pequeñas barcas cargadas de miel. Y en esa riqueza excesiva en que el urgente poder creativo se acompasa con toda la suma de la inteligencia, pudimos ver y palpar a un Benedetti constante y creciente que siempre acompasó la transformació n de su obra al tranco que le imponían los tiempos. Su pluma fue arma, pan, esperanza y brazo fraterno. Detrás de esa trama del amor infinito y de la muerte sobrecogedora había otro asunto, otro tema principal: su sencillez, o mejor dicho, su humildad.

Tropecé con Benedetti una sola vez en mi vida Eso fue hace unos cuantos años ya, a la salida de una farmacia, en el Centro montevideano. Recuerdo que el providencial encontronazo me impulsó a saludarlo torpemente, a darle la mano, a expresarle una espontánea admiración con aquella partecita de “Contra los puentes levadizos” que dice:



“…Puedo permanecer en mi baluarte,

en ésta o en aquella soledad, sin derecho,

disfrutando mis últimos racimos de silencio.



Puedo asomarme al tiempo, a las nubes, al río,

perderme en el follaje que está lejos,

pero me consta y sé, nunca lo olvido,



que mi destino fértil, voluntario,

es convertirme en ojos, boca, manos,

para otras manos bocas y miradas…”



Recuerdo que recitamos al unísono aquellos versos y comprobé entonces que aquel bardo era de carne y hueso, visible y palpable; un hombre común de una sencillez poco común, de una sencillez superior. Eso fue todo, apenas atiné a decirle un “¡muchas gracias Compañero!” y lo ví perderse entre la muchedumbre como cualquier transeúnte, creyendo que esa muchedumbre desconocía al poeta.

Muchos libros después, por no decir años, en este grisáceo 18 de mayo, recién ahora vine a comprobar con alegría mi equivocación. Una caravana interminable serpenteaba el palacio de las leyes para saludar al gran poeta. El pueblo estaba ahí y abrió sus corazones, saludándolo con versos suyos, con flores, con bolígrafos, con incontables dedicatorias. Pasé en silencio y para mis más hondos adentros dejé escapar mi homenaje con un secreto: ”--¡Salud, maestro de la luz! Tus letras son honor de nuestra tierra y de la tierra entera!” Alguien llora. Alguien pregunta: “¿quién dijo tristeza?”



Juan Antonio

martes, 19 de mayo de 2009

"Defender la alegría! Mario Benedetti( uruguayo, 1920-2009)

Defender la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.



Mario Benedetti, (Uruguayo, 1920 – 2009)


lunes, 18 de mayo de 2009


"El puente".....Mario Benedetti ( escritor uruguayo)

EL PUENTE

Para cruzarlo o para no cruzarlo
ahí está el puente

En la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país

Traigo conmigo ofrendas desusadas
entre ellas un paraguas de ombligo de madera
un libro con los pánicos en blanco
y una guitarra que no sé abrazar

Vengo con las mejillas del insomnio
los pañuelos del mar y de las paces
las tímidas pancartas del dolor
las liturgias del beso y de la sombra

Nunca he traído tantas cosas
nunca he venido con tan poco

Ahí está el puente
para cruzarlo o para no cruzarlo
yo lo voy a cruzar
sin prevenciones

En la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país.

Mario Benedetti

sábado, 16 de mayo de 2009

"No lo creo todavía" Mario Benedetti ( escritor uruguayo)

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

Palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

Tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

Nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

Sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

Pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

Y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

Y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.


Mario Benedetti.

sábado, 9 de mayo de 2009

"15" Pablo Neruda

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

"Para mi corazón basta tu pecho" Pablo Neruda

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.

Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormidosobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocíoa las corolas.

Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabasen el viento
como los pinos y como los mástiles.

Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.

Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.